Presenta un contexto socio-jurídico en el que se concibe la economía política conforme a las exigencias de la estabilidad, la eficiencia y la justicia, tanto conmutativa como distributiva en su contribución al bien común. El análisis de tres sistemas que se presenta en esta edición quiere reflejar de qué manera cuál de estos permite desarrollar: a) El establecimiento de espacios para la libre iniciativa y responsabilidad de la persona humana, como una condición previa para la creación de riqueza. b) Una distribución justa (de la riqueza) y de las oportunidades de estudiar, saber integrarse en el sistema económico; una competencia sin obstáculos entre productores con respecto a los derechos de los consumidores; una negociación salarial con reconocimiento del trabajo como actividad humana que dignifica a la persona y su familia y que se viva la solidaridad con los que carecen de empleo por despido, vejez o ivalidez por medio de un sistema adecuado y presto de seguridad social. Guatemala, como muchos países, se sitúa dentro del llamado subdesarrollo de mercado con un sector para-estatal, un amplísimo sector agropecuario de subsistencia y con un grande y cada vez creciente sector subterráneo la regulación y recaudación del Estado. A lo anterior debe agregarse una fuerte dependencia financiera y tecnológica de los países ricos y desarrollados, con resabios del antiguo sistema de planificación centralizada con trazas de ineficacia política social y económica.